
Carina Onorato
Hablar de liderazgo femenino atrasa
Cuando vemos la enorme cantidad de papers publicados con las características y beneficios que reporta el liderazgo femenino no podemos menos que sorprendernos por el fuerte protagonismo que se establece en lo emocional, como si lo racional fuera patrimonio exclusivo de los varones y lo emocional, de las mujeres.
Entonces, pensar el liderazgo femenino como una posibilidad disruptiva y superadora del liderazgo masculino, atrasa -por lo menos- una generación. Es invisibilizar el trabajo que realiza la generación de nuestras hijas e hijos, que habiendo entendido que el liderazgo debe ser con perspectiva de género, luchan por no continuar sosteniendo un modelo de poder patriarcal y de pensamiento único. Otra variable que suele llamar la atención es el exacerbado pedido de meritocracia para quienes no entienden que el mundo está cambiando. Resulta difícil comprender esas argumentaciones acerca de la necesidad de que determinados roles sean ocupados por mérito y no por género, como si en la construcción de más de dos mil años de ...