Por María Eugenia EstangaImagínate
por unos minutos sentirte limitado. Limitado a hacer algo que te encantaría, algo que solías hacer y
ahora no más, algo que nunca tuviste la posibilidad. Imagínate ahora que esa limitación la tenga tu
hijo, tu hermano, tu viejo, alguien a quien amas.
Cuántas cosas nos parecen naturales,
básicas, obvias, cuánto hay del otro lado del mundo que nos rodea, ese mundo que rodea a “otros”. Un
otro que es distinto a nosotros, ni mejor ni peor, solo diferente y por su condición de diferente
necesita otras cosas.
Existe gente que mira, que observa, que atraviesa ese otro mundo para
poder encontrar las necesidades de ese otro. Un grupo de jóvenes cordobeses creó un equipo
multidisciplinario para darle forma a una iniciativa que apuesta a la inclusión. Realizadores
audiovisuales, guionistas, editores de sonido y video, locutores, intérpretes de lenguas de señas,
correctores de ciegos y sordos y un grupo de programadores decidieron crear “Teilú”, una plataforma
web de distribución de contenido audiovisual accesible para personas ciegas y sordas. Ellos utilizan
tres metodologías: audiodescripción, subtitulado y lengua de señas, dándole así la alternativa a la
comunidad de personas ciegas y sordas de disfrutar del mundo del cine y las series. Algo que parecía
imposible o innecesario para algunos se hizo realidad.
Disfrutamos muchas cosas sin saber que
hay alguien que no puede vivir las mismas experiencias y es ahí donde nos convertimos en ciegos, en
“no videntes de otras realidades”. El trabajo de Teilú se basa en identificar el valor y la
importancia que tiene el cine en la vida de las personas, sus creadores lograron conectar con la
necesidad concreta de quienes no podían disfrutar de esta experiencia, su sensibilidad logró romper
barreras y crear un camino de inclusión. Ellos buscan vincular a la población y dar a conocer algo
que hasta el momento parecía imposible, una verdadera accesibilidad audiovisual, un compartir común
que llena el alma de una gran parte de nuestra sociedad.
¿Acaso una persona ciega puede
disfrutar de una película que no ve? ¿Acaso un niño sordo puede ver un dibujito animado tal cual lo
hace uno oyente? Tal vez la respuesta está allí, cuando logremos darnos cuenta de que no existen dos
mundos distintos, sino uno solo, lleno de diversidades que necesita ser integrador, equitativo e
inclusivo. Ya no es una paradoja que las personas ciegas y sordas puedan compartir el cine, es un
camino, una apuesta a un futuro inclusivo y esperanzador.