
Diana Mondino
La importancia de un plan económico consistente
El nuevo gobierno asume este 10 de diciembre y aunque al escribir estas líneas no se conoce el programa económico, hay varios temas cruciales para el próximo ministro de Economía. Claramente tenemos dos frentes simultáneos para cubrir. El primero es el frente fiscal, es decir la diferencia entre ingresos (impuestos) y gastos, y el segundo es el financiero formado por la carga de la deuda en intereses y capital. Si no hay superávit en el primero, es imposible cumplir con el segundo. Muchísimos países tienen déficit, pero pueden renovar sus compromisos financieros. No es el caso de Argentina, que ya anunció que renegociará los vencimientos actuales. Difícilmente haya nueva fondos frescos para quien no ha podido pagar lo ya vencido. Postergar el pago de los vencimientos es atractivo políticamente, siempre y cuando se tenga un plan lo suficientemente fuerte de reducción de gastos como para generar un superávit más adelante. De lo contrario es condenar al país a una retracción adicional. Sin embargo, al mismo tiempo que se habla de postergar o reducir pagos hasta que la economía crezca, se habla de mayores impuestos. Esto es una inconsistencia. Justamente la carga impositiva y el nivel de gasto público es lo que impide el crecimiento. Hay que hacer grandes cambios porque con la estructura actual la economía no ha crecido en los últimos 10 años. Si adicionalmente se aplicaran retenciones a las exportaciones, que son la actividad económica de mayor potencial, será aún más difícil crecer.