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Opinión

Diana Mondino

La importancia de un plan económico consistente

El nuevo gobierno asume este 10 de diciembre y aunque al escribir estas líneas no se conoce el programa económico, hay varios temas cruciales para el próximo ministro de Economía. Claramente tenemos dos frentes simultáneos para cubrir. El primero es el frente fiscal, es decir la diferencia entre ingresos (impuestos) y gastos, y el segundo es el financiero formado por la carga de la deuda en intereses y capital. Si no hay superávit en el primero, es imposible cumplir con el segundo. Muchísimos países tienen déficit, pero pueden renovar sus compromisos financieros. No es el caso de Argentina, que ya anunció que renegociará los vencimientos actuales. Difícilmente haya nueva fondos frescos para quien no ha podido pagar lo ya vencido. Postergar el pago de los vencimientos es atractivo políticamente, siempre y cuando se tenga un plan lo suficientemente fuerte de reducción de gastos como para generar un superávit más adelante. De lo contrario es condenar al país a una retracción adicional. Sin embargo, al mismo tiempo que se habla de postergar o reducir pagos hasta que la economía crezca, se habla de mayores impuestos. Esto es una inconsistencia. Justamente la carga impositiva y el nivel de gasto público es lo que impide el crecimiento. Hay que hacer grandes cambios porque con la estructura actual la economía no ha crecido en los últimos 10 años. Si adicionalmente se aplicaran retenciones a las exportaciones, que son la actividad económica de mayor potencial, será aún más difícil crecer.


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Ismael Cala

Meditar no es poner la mente en blanco

El tema de la meditación ha caído en un gran saco, y usualmente se le confunde con prácticas espirituales o religiosas. En principio, todos tenemos la posibilidad de observarnos conscientemente en cuerpo, mente, energía y emociones, para dejar salir y liberar lo tóxico que a veces nos guardamos dentro. Existe evidencia neurocientífica y epigenética de cómo la práctica de la meditación altera las estructuras neuronales y la biología y la neuroquímica del cerebro. La ciencia ha demostrado sus beneficios, entre ellos la disminución de la capacidad de sentir estrés. ¿Por qué? La amígdala, que es un conjunto de núcleos de neuronas en el cerebro, responsable de almacenar traumas, miedos y ansiedades, puede disminuir la intensidad de su actividad a través de 15 minutos de meditación en ocho semanas continuas. Una investigación de Harvard sometió a 16 personas, de distintas edades y géneros, a resonancias magnéticas cerebrales antes de comenzar un proceso intensivo de meditación. Luego, se compararon las imágenes con las obtenidas —de las mismas personas— al finalizar los dos meses de meditación. Las fotografías del cerebro, antes y después, mostraban significativos cambios en la materia gris. Y es que meditar expande la capacidad creativa y de concentración. Hace menos violentas y reactivas a las personas, que dejan de actuar desde el cerebro reptiliano o básico. Pero, ¿cómo empezar una práctica meditativa?


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Especial de la Semana

Análisis Semanal