Arma de doble filo. Las tarjetas de crédito son una herramienta que podemos utilizar con el objetivo de financiarnos. Sin embargo, un mal uso nos puede salir muy caro.

Límites. Si bien nuestros ingresos mensuales nos permiten tener la noción de cuál es nuestro límite de gasto mensual, el uso de tarjetas de crédito nos permite expandirlo y vivir temporalmente por fuera de nuestras posibilidades. Podemos reconocer tres tipos de límites que tienen las tarjetas. En primer lugar, el límite de compra, es decir, las compras que se financian en un solo pago entre los períodos de resumen. En segundo lugar, los límites de cuotas para las compras de un determinado bien que se realizan en varios pagos y, por último, los límites de adelantos, cuando la tarjeta de crédito nos provee de dinero en efectivo sin que éste salga de nuestra caja de ahorro. Estos tres componentes serán parte de un límite total que nos permitirá utilizar la tarjeta como propietarios. El monto total estará definido según nuestros ingresos mensuales. Esto quiere decir que a medida que se va utilizando la tarjeta, ya sea en compras en un pago, en compras en cuotas o en extracciones, irá disminuyendo el límite total y cada vez tendremos menos disponible. A medida que se vaya abonando el saldo, se irá recuperando la capacidad de uso.

En medio de la crisis cambiaria, el Banco Central de la República Argentina dispuso una suba en la tasa de referencia que impacta directamente en el costo financiero total de las compras con crédito.

El gigante de la manzanita lanzará una nueva tarjeta de crédito.

En febrero, el número de transacciones tuvo una suba interanual que rondó el 20 por ciento.

Además de pagar o pagar en cuotas, son muchos los beneficios de los plásticos. 

El reciente furor por los descuentos del 50% con la tarjeta del Banco Provincia vuelve a poner en foco el fenómeno del “sesgo de las cuentas mentales separadas”. Por qué comprenderlo es clave para manejar la economía personal. Veamos...

Hace unos días, el Gobierno lanzó el programa “Precios Transparentes”. Una medida que contribuye a poner en discusión una de las tantas falacias económicas, a las que los argentinos nos habíamos acostumbrado: cuotas sin interés. La economía nos enseña que: comprar ahora y pagar más tarde, o prestar ahora y recibir más tarde, involucra un plazo que debe ser pagado. Y ese pago es la tasa de interés, el precio del dinero. Que además contempla la inflación y el riesgo asumido.

Es por ello que los precios de contado nunca pueden igualar a los financiados, por ende, en todo este tiempo, nunca recibimos algo gratis.

Tras la decisión del Banco Central, las entidades se preparan para recibir a los nuevos usuarios.

Las más de 140 mil consultoras de la compañía de cosmética accederán en exclusiva a la plataforma y podrán comenzar a vender con tarjetas de débito, crédito y en cuotas desde sus celulares.

Los argentinos usan el plástico cuando viajan porque es lo más práctico ante las trabas para obtener dólar oficial y lo caro que está el paralelo. Este año, viajaron más personas al extranjero que en 2014.

De acuerdo a los datos del BCRA aumentó 30% la gente que refinancia los pagos con la tarjeta de crédito. Lo que significa que una de cada cinco personas utiliza la financiación que les brindan los plásticos, incrementando el saldo deudor en el resumen. Los costos...