La tendencia ya es furor en Europa y no para de crecer en América Latina.
En el mundo la economía colaborativa crece a pasos agigantados. Según la Comisión Europea, la facturación de este segmento en el Viejo Continente fue de 28.000 millones de euros durante 2015. Y si bien en la región todavía no hay cifras concretas, los emprendimientos nuevos funcionan como ejemplos.
Popey es uno de ellos. Esta plataforma desarrollada por los uruguayos Daniel Cleffi y Emiliano Bar sirve alquilar barcos, lanchas e incluso tablas de surf. El objetivo que se busca es siempre el mismo: al intercambio de bienes y servicios entre usuarios ya sin necesidad de un determinado activo, sólo pagando para tener acceso a él.
“Venimos trabajando en el proyecto desde hace dos años y lo lanzamos hace unos meses. La idea se desarrolla por la experiencia propia de Emiliano, que intentó alquilar una tabla de surf en Brasil y no encontró cómo hacerlo en ninguna página. Volvió y nos pusimos a buscar qué había en la región y vimos que el modelo existe en Europa y Estados Unidos, pero no hay nada de México al sur, por lo que encontramos un nicho para desarrollar”, cuenta Cleffi en diálogo con Clarín.
Asimismo, detalló que las modalidades no son las mismas que en Europa, dado que allí se alquila sin capitán y acá se alquila con capitán. “Acá el dueño del barco es el que dirige la navegación y el que se hace cargo de la implementación del seguro”, agrega.
Para lanzar Popey necesitaron de un capital de cinco mil dólares. “Ahora estamos buscando un socio comercial para desembarcar en julio en algunos puertos de Brasil, como Angra dos Reis. Estamos armando una primera ronda de inversión”, finaliza Cleffi.
Otro de los ejemplos es Andemus, la primera plataforma colaborativa de Argentina de alquiler de autos entre particulares. Fue creada por cinco socios. Nicolás Parmigiani es uno de ellos y asegura que requirió de una inversión de 500 mil dólares en programación, diseño, hardware y marketing. “Tenemos casi 300 autos en todo el país y más de 1.600 usuarios registrados”, cuenta.
El dueño del vehículo recibe un 75% del precio publicado por el alquiler diario. El 25% restante cubre el seguro, gastos comerciales y financieros y la comisión de Andemus (11%). Por su parte, los precios varían según el modelo y la antigüedad de la unidad.
Glovo también es una nueva app que se suma a esta tendencia. Esta compañía de origen español permite contratar un servicio de delivery para cualquier tipo de producto y ya está operando en Argentina, Chile y Perú.
“Nos inspiramos en aplicaciones como Airbnb o Uber. Queremos posicionarnos como la única app que te lleva a tu casa u oficina cualquier cosa que necesites, haciéndote la vida más fácil. Transformaremos las plataformas ligadas a las áreas de educación y salud, por ejemplo, que ya se encuentran presentes en otros países, están poco desarrolladas o son casi inexistentes en la Argentina. Otro sector de escaso desarrollo no sólo en nuestro país sino en toda la región lo constituyen las iniciativas de bancos de trabajo o bancos de tiempo. Nosotros traemos el delivery on demand en el país, ofreciendo la inmediatez como premisa”, explica el creador de Glovo, Oscar Pierre.
La plataforma cuenta con un registro de “glovers” (cadetes) que se manejan principalmente en moto y permite comprar, recibir y enviar cualquier producto de su ciudad. Desde su lanzamiento en 2015, logró 2 millones de instalaciones y supera los 500 mil pedidos mensuales.