La situación de Grecia es crítica. Está sufriendo una depresión económica, acumula una caída del PBI de 25% desde el año 2009. El desempleo se sitúa en el 25%. La deuda pública roza 180% del PBI, una cifra alarmante.
La fuga de depósitos del sistema financiero se agudizó, de manera tal que entre jueves y viernes de la semana pasada se retiraron 1.000 millones de euros de los bancos. El domingo pasado el Gobierno estableció un “corralito” al retiro de depósitos, después que Banco Central Europeo anunció que no ampliaba la provisión de liquidez de emergencia. El primer ministro griego estableció paro bancario por 6 días y un límite de extracción 60 euros diarios de las cuentas bancarias. Por último, llamó a un referéndum para que el pueblo decida si quieren seguir dentro del Euro o no.
Al hablar de “corralito” y de salida del Euro. Es imposible no hacer una analogía con la situación con Argentina en 2001 y la salida de la convertibilidad.
Cualquier argentino escuchando lo que sucede en Grecia podría llegar a atreverse a indicar cuáles son los próximos pasos de Grecia. En las palabras de ese relato seguramente encontraremos los términos: “Corralito”, “devaluación”, “default”, “corralón”, etc.
Pero en el fondo, el problema de Grecia 2015 luce aun más complejo que el de Argentina 2001.
Veamos algunos puntos en los que se diferencian:
Argentina en 2001 tenía un régimen de convertibilidad en el que 1 peso argentino era equivalente a 1 dólar. En la economía Argentina convivían ambas monedas: el peso y el dólar.
En cambio, Grecia desde que se incorporó al Euro, ha eliminado su moneda nacional. Que se denominaba “Dracma”. Ahora, solo circulan Euros y a su vez todos los contratos, las deudas y depósitos bancarios están denominados en Euros.
Sabemos que en Argentina una vez que salió de la convertibilidad. En enero de 2002 hizo lo que se llamó “pesificación”. Como los bancos no contaban con los dólares suficientes para devolver los depósitos. Se convirtieron a un valor en pesos establecido por el Gobierno. Lo mismo ocurrió con las deudas y contratos.
¿Qué pasa si Grecia quiere abandonar el Euro?
Como no tiene moneda nacional. Debería, como primer medida, imprimir la cantidad de “moneda nueva” suficiente para poder devolverles los medios de pago a los ciudadanos. Eso demora un tiempo y es lo que falta en estos momentos tan críticos. Luego debería establecer un régimen cambiario. Introducir o reintroducir una moneda débil, en medio de semejante desconfianza e incertidumbre de los ciudadanos, es un experimento que no tiene precedentes en la historia. Muy difícil saber el resultado.
Endeudamiento sin límites
Por otra parte, el tema del sobreendeudamiento de Grecia es crucial. Si lo comparamos nuevamente con Argentina 2001. Observamos una gran diferencia. Argentina en 2001 tenía un ratio de Deuda pública/ PBI de 52% y en 2002 ese ratio saltó a 160% del PBI producto de la devaluación. Debido a que gran parte de la deuda estaba denominada en moneda extranjera.
Hoy la deuda pública de Grecia equivale a 180% del PBI. Los invito a hacer una cuenta. Si suponemos que Grecia sale del Euro y establece un tipo de cambio de 1,5 Dracmas por Euro. Toda su deuda esta denominada en Euros. Entonces, inmediatamente ese ratio llegaría a 270% del PBI!! Si hoy no puede pagar. Es imposible que pague debiendo más de 2 veces y media su PBI.
Debemos tener en cuenta que Grecia es una economía con una bajísima productividad. Su principal ingreso proviene del sector servicios (el turismo representa el 16% del PBI). Es muy difícil cambiar la estructura productiva. Para ello es necesario tiempo e inmensas cantidades de capital. Por ello, Grecia no tendrá la capacidad de poder generar el suficiente PBI para repagar la deuda, ni sus intereses Si Grecia abandona el Euro será aun más improbable que pueda afrontar los pagos de la deuda.
El evento: Grexit
A nadie dentro de la Eurozona le conviene que Grecia abandone el Euro. Ello generaría una quiebra de los bancos griegos, default de su deuda pública y un aumento en la probabilidad al contagio en otros países que tienen problemas de sobre-endeudamiento (por ejemplo: España, Italia y Portugal). Los capitales fluirán a refugiarse en activos más seguros (por ejemplo: bonos del tesoro de EEUU), se generaría una salida de capitales de países emergentes.
¿A quién le debe Grecia?
Hoy los principales tenedores de la deuda, no son ni bancos comerciales, ni los bonistas. Como en el caso Argentino. Sino que son los mismos países que integran el Euro. El 60% de la deuda la poseen los países de la Eurozona. Principalmente, Alemania con 72.720 millones de euros y Francia que posee 55.200 millones euros. Y los siguen Italia con 48.380 millones y España con 32.770 millones de euros.
Lo concreto es que: Grecia no puede pagar. Los acreedores deberían asumir esta cuestión. Es decir, los españoles, alemanes, italianos, deberán aceptar quitas recortes, reducción de interés y estiramiento de plazos de millones de euros que prestaron al país Heleno. De lo contrario, el “efecto contagio” generara consecuencias no deseadas en el Viejo Continente.
Amílcar Collante - Economista (UNLP). Miembro de CESUR.