El especialista en neurociencias también se refirió a los problemas causados por la grieta.
Facundo Manes hoy es además Investigador Principal del Conicet y tiene publicados más de 200 trabajos científicos y varios libros, como “Usar el Cerebro. Conocer nuestra mente para vivir mejor”, “El Cerebro Argentino” y “El cerebro del futuro”, todos en coautoría con Mateo Niro.
Referente indiscutido, fue entrevistado por el diario Página 12, con quien habló sobre su infancia, las potencialidades y los límites de las neurociencias, la grieta y la política.
- 1. Fue difícil la tarea de ubicar al país en el mapa de las neurociencias cognitivas desde el sector privado
- 2. Negar el progreso de las ciencias del cerebro es negar la modernidad. Las enfermedades cerebrales constituyen un problema de salud pública y, en este sentido, las investigaciones han contribuido para que millones de pacientes con Alzheimer, Parkinson y Esclerosis Múltiple vivan mejor.
- 3. Las neurociencias constituyen una herramienta muy valiosa en múltiples campos, como la educación y la justicia
- 4. Debemos convencernos de que en un país tan desigual es urgente invertir en salud pública, educación de calidad, ciencia, tecnología e innovación
- 5. Aunque vivimos en una nación que debería poder alimentar a poblaciones inmensas, cuatro de cada diez niños enfrenta problemas de malnutrición y todo ello impacta en el cerebro
- 6. La pobreza es un conflicto multidimensional y la ciencia puede contribuir a disminuir la brecha.
- 7. Hay que construir a futuro porque de lo contrario siempre vamos a ser víctimas de “veranitos económicos” que duran poco. Esto hay que hacerlo de cualquier manera: desde el peronismo, el radicalismo o el macrismo
- 8. Al asumir, María Eugenia Vidal se comunicó conmigo para ver cómo podía colaborar en su espacio. Hoy prefiero la independencia política porque estoy convencido de que la grieta obstaculiza el desarrollo.
- 9. No me importa quien haga el cambio, pero estoy convencido de que hay que hacerlo. La salud, la educación, la ciencia y tecnología deberían constituir políticas de Estado, pero no nos pondremos de acuerdo si no bajamos dos o tres niveles la tensión por la grieta.